Podrá nublarse el sol eternamente;
Podrá secarse en un instante el mar;
Podrá romperse el eje de la Tierra
Como un débil cristal.
¡Todo sucederá! Podrá la muerte
Cubrirme con su fúnebre crespón;
Pero jamás en mí podrá apagarse
La llama de tu amor.
De nuevo al exilio mental, ahora toca época de capa caída, mi corazón vuelve a reconocer la soledad y ella entra de nuevo en mi cuerpo, ahora gris y demacrado...