Podrá nublarse el sol eternamente;
Podrá secarse en un instante el mar;
Podrá romperse el eje de la Tierra
Como un débil cristal.
¡Todo sucederá! Podrá la muerte
Cubrirme con su fúnebre crespón;
Pero jamás en mí podrá apagarse
La llama de tu amor.

G. A. Bécquer.















miércoles, 9 de noviembre de 2011

Fresh.

... ahí estaba él, rescostado sobre el césped del parque, observando el cielo azul y las pocas nubes que lo teñían de gris, con su iPod puesto y tarareando algunas de sus canciones favoritas también pensaba en aquella chica que hacía aparecer mariposas en su estómago... Al cabo de una hora, se levantó y se dispuso a ir a aquel lago con ese antiguo embarcadero. Chirriaba al pisarlo, se preparaba para sentarse en el borde, quitarse los botines y sus calcetines para tirar piedras, cuándo escuchó un ruido a no más de veinte metros de distancia. Curioso de él se asomó agazapado en un matorral, era ella, no podía ser, era aquella chica que tanto deseaba. El muchacho aguantó pocos segundos escondido observándola cómo se aproximaba, de repente salió de los matorrales y saltó delante de ella, la pobre chica simplemente podía chillar, se llevó un tremendo susto, el chico le dijo:
-Lo siento Noa, no era mi intención es que escuché un ruido por el camino y cómo no sabía quien era me escondí detrás de ese matorral.
Ella contesto.- ¡Dios, menudo susto me has pegado José Antonio! ¿Qué haces aquí?
Él contestó.- Pues aquí, pasaba el rato, es mi "lugar secreto" aunque ya veo que ahora no es tan secreto, pero bueno, podríamos compartirlo.
Noa dijo.- ¡Sí! Sería una buena idea, yo suelo venir aquí al son de las diez de la noche, la luna se refleja en el agua del lago.
Asombrado José Antonio dijo.- ¡Guau! ¿Te dejan venir tan tarde a este nuestro "lugar secreto"?
Noa le respondió.- No, me escapo por la ventana del sótano, justo da al patio trasero de mi casa, mis padres no se dan cuenta, aunque alguna vez me han advertido que no salga sola porque hay muchos peligros, pero bueno, no me importa. Por cierto.. ¿cómo te llamo José Antonio, José, Antonio?
José Antonio dijo.- Pues... cómo tú quieras, para algo tú gastas la saliva *risas*
Noa respondió.- Te llamaré... José. Ahora te reto, ¿esta noche me acompañas a ver la luna?
José aceptó el desafío.

Después de dos horas interminables metido en su casa, pensando en un beso mágico bajo la luna, o en un "te quiero susurrado" se activó la alarma del móvil, había llegado la hora de ir al lago, los nervios estaban a flor de piel... Una vez llegado al lago, se acercó con sigilo, allí estaba la silueta de Noa, perfecta, símplemente perfecta, esbelta, en el peso ideal y con el cabello largo, muy largo.

José se aproximó a ella y le tapó los ojos y dijo: -¿Quién soy?
Noa algo sorprendida respondió.- Eres José, esas manos te delatan. Vamos, siéntate a mi lado.
Al paso de un cuarto de hora, los dos chicos estaban abrazados, hacía frío, y la luna comenzaba a mostrarse, ellos simultáneamente esbozaron una sonrisa y se miraron fíjamente, Noa se aproximaba periódicamente a los labios de José, José también se aproximaba a sus labios. Acababa de surgir el primer beso, un beso MÁGICO, un beso romántico, apasionado y duradero, mientras sus lenguas se atornillaban la una a la otra, el tiempo parecía pararse para ambos, se tocaban el uno al otro, se abrazaban, se susurraban "te quieros" al oído, el frío ya no existía en sus cuerpos, acabaron revolcándose en el prado anexo al muelle, casi con el cuerpo mojado, las piernas se entrelazaban... Ocurría lo inesperado, la ropa volaba cómo si de alas dispusiese, ahora si, comenzaron a hacer el amor, la pasión y la lujuria se apoderaron del entorno, la luna iluminaba sus cuerpos. Tras hacer el amor, se tumbaron sobre las ropas que se habían despojado el uno al otro. Abrazados, aún con el calor y el olor corporal presentes en cada cuerpo se miraron el uno al otro y al son de una ráfaga de viento se escucho "te amo, eres algo MÁGICO para mi", al pasar un tiempo impreciso, eterno para ellos, volvieron a sus casas, satisfechos de esa noche, algo alocada, pero romántica, bonita y amorosa... Ambos consiguieron lo que querían ella un polvo rápido y él, un beso y su "te quiero susurrado"...