-Un día,trás otro, te levantas, antes de abrir los ojos palpas a tu lado y no hay nada, solo vacío. Y así todos y cada uno de los días del años y de los años. Hasta que un buen día, lo haces y hay una silueta a tu lado. Abres los ojos y ahí está él, durmiendo. Y piensas: ''¡Qué mono es cuando duerme!'' Besas su frente, y te levantas sigilosamente para no despertarlo. Te pones las zapatillas y vas a quitarte su camiseta, la camiseta de las noches de los viernes, pero algo te agarra por la cintura y te echa sobre la cama, haciéndote cosquillas y te dice: '' Nunca escaparás de mi.'' Entre carcajadas ambos os amáis. Vuestras miradas se cruzan en miradas de complicidad. Las almohadas se chocan. Él te agarra de la cintura, te besa y te hace reír.
Mientras desayunáis, uno en cada polo opuesto de la mesa os observáis mientras sorbemos de nuestra taza de café. Te manchas el bigote de leche. Él se levanta y se dirige hacia ti. Te agarra de la cabeza y te de un lengüetazo en el bigote, tú le saltas: ''¡Qué guarro eres!'' y un silencio que ahoga va después. Os miráis y ambos sabéis que no podéis esconder la risa, entonces miles de carcajadas resuenan por todo el piso. Te coge en brazos, y recorre todo el piso hasta vuestro cuarto. Te ama y te hace suya, pero te cuida como si fueses una flor delicada que si la tocas mucho sus pétalos se quiebran.
Los días en los que trabaja te llama y te dice que saldrá más tarde, y tú con las velas derritiéndose y la comida fría y el agua de la bañera con pétalos también. Él llega muy tarde y cansado, y te ve dormida en la silla del comedor esperándole, te aupa en brazos y te acuesta. Al día siguiente abres los ojos y ves miles de flores y un gran desayuno y su gran sonrisa entonces te das cuenta de muchas cosas...
- ¿De qué?
- De que tienes a la persona igual a tu lado, a tu mejor amigo, a tu mejor amante a tu media naranja, y no puedes perder ese tren.
- ¿Y si lo pierdes?
- Si lo pierdes.. ¡corre, corre, y corre más de lo que puedas!, porque todos los trenes tienen más de una parada y ese sin duda te estará esperando en la siguiente.
Mientras desayunáis, uno en cada polo opuesto de la mesa os observáis mientras sorbemos de nuestra taza de café. Te manchas el bigote de leche. Él se levanta y se dirige hacia ti. Te agarra de la cabeza y te de un lengüetazo en el bigote, tú le saltas: ''¡Qué guarro eres!'' y un silencio que ahoga va después. Os miráis y ambos sabéis que no podéis esconder la risa, entonces miles de carcajadas resuenan por todo el piso. Te coge en brazos, y recorre todo el piso hasta vuestro cuarto. Te ama y te hace suya, pero te cuida como si fueses una flor delicada que si la tocas mucho sus pétalos se quiebran.
Los días en los que trabaja te llama y te dice que saldrá más tarde, y tú con las velas derritiéndose y la comida fría y el agua de la bañera con pétalos también. Él llega muy tarde y cansado, y te ve dormida en la silla del comedor esperándole, te aupa en brazos y te acuesta. Al día siguiente abres los ojos y ves miles de flores y un gran desayuno y su gran sonrisa entonces te das cuenta de muchas cosas...
- ¿De qué?
- De que tienes a la persona igual a tu lado, a tu mejor amigo, a tu mejor amante a tu media naranja, y no puedes perder ese tren.
- ¿Y si lo pierdes?
- Si lo pierdes.. ¡corre, corre, y corre más de lo que puedas!, porque todos los trenes tienen más de una parada y ese sin duda te estará esperando en la siguiente.
Creo que me encanta.
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